jueves, 12 de abril de 2012

La gloria y el desengaño del Barroco desde la pintura de Murillo.

En España, el siglo XVII fue un periodo lleno de glorias culturales. Se desencadenaron durante este siglo una serie de inquietudes, proyectos, ansias de cultura...que mostraron el esplendor de una época. La pintura tenía la referencia principal en Velázquez; con él se confrontan todos los pintores españoles, pero sobre todo sus paisanos. De la escuela sevillana procedían muchos y cada uno tenía una visión propia del mundo, que reflejaba la variedad de sentimientos, propia del barroco español. La vida en España estaba entre un equilibrio de sueños de gloria y un presente difícil, y entre el orgullo de sentirse en el centro de un imperio intercontinental y las miserias de un país soleado y deslumbrante. ESPAÑA VIVÍA FUERTES CONTRADICCIONES: los hombres podían afrontarlas de modo tragicómico como el héroe de Cervantes o refugiarse en el misticismo y el olvido. Una forma especial de sentir esos momentos , es contemplar la obra del pintor Bartolomé Esteban Murillo. No hay una forma mejor de adentrarse en el ambiente de esas gentes que vivieron estas inquietudes, que estar, durante unos momentos, ante un cuadro como este...
Con simpatía y refinada técnica pictórica, Murilllo dejó las imágenes de la vida cotidiana popular en esta obra de "las mujeres en la ventana" de 1670. Está realizada con frescura e ingenuidad. Muestra un tema muy explotado en la pintura española, como es el de la maja asomada a la ventana y acompañada de una mujer mayor. La chica joven parece una muchacha del pueblo, con grandes ojos llenos de confianza y alegría. La vieja parece divertida por lo que ve en la calle y se tapa el rostro para ocultar la risa. La composición del lienzo es muy acertada: un ángulo recto acodado en la esquina inferior izquierda del marco encuadra la escena. El ángulo está señalado por el alféizar y la contraventana de madera, y por las dos mujeres, la jovencita apoyada y la más mayor que se asoma. De este modo, gran parte del cuadro queda absolutamente vacío y la mirada del espectador se ve atrapada por las dos simpáticas figuras femeninas, que destacan contra un fondo oscuro sin iluminación ni referencias espaciales. Despues de varios siglos, las miradas de estas dos mujeres siguen teniendo la frescura y la fascinación de todos los que las contemplan... como pudo mirarlas y apreciarlas el propio Murillo. El interés por los niños es recurrente en su obra y pronto pasa de la anécdota secundaria a ocupar el centro del cuadro, en línea con la evolución del sentimiento católico del Barroco.
Los niños, plenamente integrados y adaptados a su situación, muestran actitudes alegres y desenfadas, mientras comen, juegan o negocian, como un triunfo de la vida sobre el dolor. Con ellos Murillo adelanta unas soluciones formales y expresivas sin precedentes en Europa, que anuncian los modos felices y espontáneos, coloristas y soñadores, del rococó.
Estos cuadros, pintados para una clientela burguesa, viajan luego a Londres, Amberes o Rotterdam, donde prestigian tanto a su autor que se le cita junto a Tiziano o Van Dyck, y servirán de modelo a Gainsborough, Reynols y Constable. Cabe destacar entre ellos el de la Muchacha con flores, una niña casi adolescente, cuya sonrisa sensual y confiada puede rivalizar con la misteriosa y distante de la Gioconda.
O el de las Vendedoras de frutas que cuentan las monedas y muestran al descuido su mercancía de uvas y membrillos, un magnífico bodegón de resonancias flamencas.
O el de los Niños comiendo fruta, de un sentido del ritmo absolutamente clásicos y una vivacidad que sólo los impresionistas podrán superar.


Y para terminar os invito a que visitéis estos enlaces que tienen mucho que ver con el arte barroco



http://pincelyburil.blogspot.com.es/2009/12/iconografia-de-la-inmaculada.html


http://colorypincel.blogspot.com.es/2012/04/iglesia-de-san-antonio-aranjuez.html

 http://nacho-conadeartista.blogspot.com.es/2012/04/la-plaza-de-san-antonio.html

/http://ana-loriente.blogspot.com.es/
http://almaylienzo.blogspot.com.es/2012/04/el-palacio-real-de-aranjuez.html

 http://artebonitaspalabras.blogspot.com.es/2012/04/jardin-del-parterre.html

http://alejandrodemiguelangel-worldart.blogspot.com.es/2012/04/la-iglesia-de-alpajes.html



2 comentarios:

  1. Murillo es uno de los pintores más injustamente maltratados y olvidados durante mucho tiempo en la historia del arte. Le catalogaron de dulzón, empalagoso, de pintor de la gracia femenina, de pintor de almanaques, cuando lo único que quiso es desdramatizar y mostrar el lado amable de la vida, con una técnica viva insuperable, en unos años difícilisimos y de carestías varias.
    Excelente apunte el que haces de este sevillano que tanto me gusta. De tarde en tarde, aprovecho para darte un fuerte abrazo, Pilar.

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  2. Pilar:
    Magnífica entrada, como tuya, perfilando el instinto de la mirada de Murillo.
    Cierto, Murillo ha podido estar un tanto velado y en general todos los contemporáneos de Velázquez, pero ya nadie duda que es uno de los más grandes pintores de aquel tiempo de grandes maestros.
    En la pintura de Murillo la luz despierta y nos ofrece el espectáculo limpio de las miradas de los jóvenes, y nutre de jugosa pulpa el brillo de las frutas. Sí, las uvas de Murillo son dulces y frescas para la sed. Y la mirada de esa joven en la ventana es como un sueño en la vigilia.
    Pero la pintura sevillana, amiga mía, no se acabó en el siglo XVII. Sevilla es y ha sido siempre, fiesta de la luz. Y ahí está esas miradas de Carmen Laffón o de María Manrique o de Paco Cortijo y tantos otros.
    Y aquel poeta, Luis Cernuda, también sevillano, creando el mundo con la mirada.
    Sufro al no saber colocar comentarios en tus blogs. Ya no son solo los tuyos, se me van cerrando las posibilidades de comunicarme por este medio. ¡Conste que lo sufro! Probemos con esta y veamos que pasa en este blog.
    Un abrazo,
    Cecilio

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