Cuando empecé a leer el libro de Tzvetan Todorov, Elogio del individuo. No podía imaginar que estudiar los retratos del siglo XV en Flandes, entonces vinculado al importante Ducado de Borgoña, iba a ser tan apasionante.
En Flandes se puede decir que surgió la recuperación del retrato, un género olvidado durante la Edad Media Y este fenómeno habría que relacionarlo con la búsqueda de todo aquello que llevara al artista a la representación de la naturaleza perceptible a través de los sentidos y también con la preocupación por el hombre, lo que conocemos como la corriente del humanismo.
No puede haber ninguna duda de que Jan Van Eyck es el pintor más importante de Flandes en el siglo XV, y el que tratará el género del retrato de una manera insuperable, posiblemente por esa sensibilidad que muestra en el tratamiento de la luz.
El cuadro del "Hombre del turbante rojo", de 1433 que está en la National Gallery de Londres, para muchos historiadores del Arte puede que se trate de un autorretrato de Jan.
Lo importante de esta obra es que marcó un estilo de retrato ya que a partir de aquí los retratistas flamencos realizarán sus retratos colocando a los personajes de tres cuartos y estableciendo lo que podríamos considerar como un diálogo con el espectador.
El hombre nos mira directamente a los ojos, y esa será, con el tiempo, una de las características del autorretrato. Esa mirada se queda fija en el espectador, ese rostro permanece en la retina del que lo observa por un largo tiempo.
Pero lo que realmente resulta fascinante es cuando uno llega a la National Gallery de Londres y encuentra este cuadrito. Es poco mayor que una mano, y sin embargo está lleno de detalles que le dan un individualismo insuperable.
Pienso que quizá nunca llegaremos a tener la certeza de quién es el verdadero hombre del retrato que cuelga de la National Gallery, pero de lo que sí estoy segura es que despertará el misterio a todos aquellos que lo vean, y ese misterio perdurará.
Muchos artistas han puesto su mirada en la obra de Jan van Eyck y han intentado reflejar con certeza el tratamiento del turbante rojo como un elemento imprescindible para dar elegancia a los retratados…
Y si Picasso mirara este retrato…me gustaría saber su opinión
La Última Cena, Miguel Ángel
-
La obra a comentar es *La Última Cena *de Leonardo da Vinci, pintada entre 1495
y 1498 en la pared del refectorio de la Iglesia de Santa María delle Grazie...
Hace 6 años
Es precioso este cuadro. No sabía que era tan pequeño. Lo que más me ha sorprendio es la mirada, y la boca cerrada intendo no expresar nada.
ResponderEliminarLuego el enorme y dificultoso turbante. Rojo, color de poder.
He ido a google para ver algunos videos de como es un turbante y como se pone, y es muy interesante.
También llama la atención el piquito blanco, donde se aprecia, lo que hoy en día sería la camiseta, pero que obviamente en aquellos tiempos podría ser la camisa.
Y he buscado y ampliado más imágenes del cuadro, porque lo que me ha llamado mucho la aténción, es "una especie de cicatriz" que tiene el hombre en su ojo izquierdo, mejor dicho, en su sien izquierda...incluso dá la impresión que le afecta hasta el pómulo.
Tal vez sea una impresión óptica mía...pero eso es lo que veo.
Me encantan los flamencos y este en especial.
Un beso muy grande profe.
Ahhh ....y el de Picasso con el turbante, muy gracioso...A mí también me gustaría saber su opinión. Más besos.
ResponderEliminar¿Quién ha pintado a Picasso con turbante? Me has intrigado, Pilar.
ResponderEliminarMuy buen post. Un abrazo
He tenido sensaciones similares encontrándome delante de un autorretrato. Como dije ayer en el blog de Elvira, es muy distinto ver un cuadro "en vivo" que en copia. Escribí una vez sobre el mirar de un pequeño príncipe pintado por un pintor en Estambul. Si te interesa buscaré el post en mi blog.
ResponderEliminarUn abrazo desde Ámsterdam
El libro de Todorov es apasionante y yo diría que imprescindible. Es uno de esos sabios capaces de transmitir con sencillez y amenidad, conocimientos complejos.
ResponderEliminarEn cuanto a la pintura de los flamencos, nunca dejo de maravillarme ante cualquiera de ellos, no sólo de los más grandes, como van Eyck, sino de los menos conocidos.
Bonita entrada.
Hola mi bella y querida amiga...
ResponderEliminarHoy te he ingresado 365 días de buena suerte, alegría y felicidad en tu cuenta numero 2010. Disfrutalos!!!. FELIZ AÑO para ti y los tuyos..
Bellos sueños... muakksssssss
que pequeñín, no tneia ni idea de su tamaño...hace poco estuve en la Academia de Venecia, la mitad omás estaba cerrada por obras, pero pude disfrutar de dos retratos impresionantes, "Hombre joven" de Hemling (pequeñito pero tan bueno...) y "Retrato de vieja de Giorgione...Me encantaria ver al natural este...
ResponderEliminarFeliz Año 2010
dv
Un rostro con un gran turbante.
ResponderEliminarUn turbante, rojo, de poder, o de pasión. De paño o lana, para abrigar. Desestructurado, como puesto al alzar, pero sin embargo, totalmente trabajado, y que se sujeta sin ninguna dificultad.
Lo que el rostro lleva en la cabeza, es algo hermoso, fuerte, práctico, elegante....
Mi primer comentario del 2.010, Profe. Un besazo