Morisot, mujer "chic"

Muchas actividades de una profesora de historia del arte en activo pueden ser satisfactorias, agradables e incluso necesarias.
Conocer la obra artística de B. Morisot fue el inicio de una admiración por el arte que hoy sigue siendo parte de mí.
A propósito de la celebración del día de la mujer el comentario me
lleva casi sin darme cuenta a la obra de las pintoras
impresionistas,aunque dentro del movimiento impresionista la presencia
de las mujeres fue casi ignorada por los críticos de arte y no del todo
considerada por el resto del grupo. Pero sería injusto dejar de lado la
presencia de verdaderas artistas como Berthe Morisot, Mary Cassat, Marie
Bracquemond y Eva Gonzales.
La primera exposición impresionista fue en 1874 y ya en ella encontramos la presencia de Berthe Morisot
La obra de Berthe Morisot contiene escenas intimistas ,el cuadro titulado “La cuna” (1872-Museo de Orsay), nos deja ver un mundo sereno.
Como otros pintores del grupo mostró preferencia por los visillos de muselina o gasa, que actuaban como filtro transparente para la luz del sol, tan importante en estas pinturas.

Sus mujeres se distinguían por tener un cierto aire “chic”
parisino, dado que ella misma era cuidadosa de su persona y coqueta.
Los
detalles de la vestimenta no fueron olvidados ni aún en las escenas de
exteriores, donde hasta el vuelo de las cintas de un sombrero daban el
toque personal a sus obras.

RETRATO DE BERTHE MORISOT
Morisot fue alumna de Corot y cuñada de Manet.
Sus
cuadros son íntimos y captan el silencio de los interiores dejando
sentir la ternura de sus personajes anticipando el arte de Vuillard y
Bonnard

En la obra de Morisot, EL ESPEJO, los tonos claros dan al interior una luminosidad difusa y dejan entre los objetos, las telas y el espejo una trama de relaciones psicológicas.
Berthe Morisot (Bourges,1841-París,1895) nunca ha sido debidamente valorada entre los grandes exponentes del Impresionismo, sin duda por la falta de un conocimiento de su obra.
Pero
su arte resuelto, delicado y vigoroso a la vez, es de una modernidad
manifiesta. Pudo influir en ello el hecho de que fuera mujer, en un
mundo del arte reservado tradicionalmente para los varones. En este
sentido, hay que reconocer que el papel creativo de las mujeres fue
durante mucho tiempo limitado, al ser excluidas de las Academias de
Bellas Artes por hombres que preferían verlas en un mundo alejado de la
práctica profesional de las artes. Pero lo cierto es que Monet, Pisarro,
Renoir y demás, fueron conscientes de la valía de Morisot, quien, como
recordara Pisarro en 1895, fue una "gran mujer de extraordinario talento
que honró a nuestro grupo impresionista". Renoir, que la conocía bien,
alabó también sus cualidades, y Manet, su mejor amigo y colaborador,
sintió verdadera admiración por su libertad de experimentación.